El tiempo es el ladrón de la memoria

martes, 7 de febrero de 2012

10.


 Hoy lloré, porque simplemente... exploté. Literalmente, exploté. Hay veces en las que te pasa algo malo, y bueno, te lo tragas, ¿no?. Te pasa alguna otra cosa más y apretas fuerte los dientes pero miras al mundo desafiante todavía. Pero cuando ya se acumulan tantas cosas, hay un punto en el que dices... basta. Mi vida no era lo que pensaba. Y te pones a llorar con la amarga angustia de que encima, tú no puedes cambiar nada. Son factores externos. Y te sientes como una muñequita estúpida del maldito mundo, que juegan contigo, que te ponen mil trabas para brillar, mil trabas para poder volar. Y ahí estas. Con las alas cargando en tu espalda pero sin poder estirarlas para volar. Por eso lloro, porque me gustaría que por lo menos una vez fueran las cosas fáciles, sencillas. No se equivoquen, yo sigo luchando por desplegar mis alas. Es sólo un día de bajón, supongo. Un día que te paras y te miras a ti misma y no tienes todo lo que querías. Te miras y ves que todo lo que habías planeado para tí, simplemente, no lo tienes a día de hoy. No eres quien pensaste que ibas a ser.
Y todo es una maldita mierda.

9.


Sueñas, que el mundo sabrá tu nombre, así que dime tu nombre, ¿Te importan todas las cosas pequeñas o nada en absoluto?. Quiero sentir, todos los productos químicos en el interior, quiero sentir, quiero sentir las quemaduras solares,
solo para saber que estoy viva, para saber que estoy viva....

8.


Es impresionante la de clases de adicciones que existen. Sería demasiado fácil si sólo fueran las drogas, las bebidas y el tabaco. Yo creo que la parte más dura de mandar a la mierda un hábito es querer mandarlo a la mierda. Es decir, nos hacemos adictos por un motivo, ¿verdad? A menudo, demasiado a menudo, las cosas empiezan de cero como una parte normal de tu vida y, de algún modo, cruzan la línea de la obsesión, compulsión. Perder el control. Es el colocón que arrastramos. El colocón hace que todo lo demás se apague lentamente...
El caso es que la adicción no acaba bien porque tarde o temprano, lo que nos haya tenido drogados deja de hacer sentir bien y empieza a doler. Pero dicen que no mandas a la mierda el hábito hasta que caes en lo más bajo. Pero, ¿cuándo sabes que has caído? Porque no importa cuánto daño nos está haciendo algo; a veces, dejarlo marchar, nos duele más.